La instalación es una expresión artística que aborda simbólicamente el concepto de conservar la piel que desafía los estereotipos asociados con la edad, el cuerpo, la sexualidad y la apariencia.
Una exploración provocativa de la representación de la mujer en el contexto del envejecimiento.
La pieza consta de tres objetos principales, cuidadosamente seleccionados por su simbolismo en torno al concepto. Un autorretrato, Cuerpo gordo, mujer de edad madura, no encaja en el mundo de lo deseable.
Una piel sintetica de uso generalmente sexual.
Una escultura modificada, donde se le ha cubierto de piel, modificando su estructura orinal.
Figuras femeninas de cuerpos diversos, elaborados de arcilla y barro.
Estos tres objetos estarán encerrados en urnas de vidrio, subrayando la fragilidad y transparencia de las expectativas sociales en torno a la belleza y la juventud.
Alrededor de estos objetos, he dispuesto telas transparentes de color piel que forman un laberinto.
Cuando los espectadores recorran este laberinto, las telas rozarán su piel, creando una experiencia táctil y sensorial.
Esta instalación busca desafiar normas culturales y provocar reflexiones profundas sobre la objetivación y la identidad en la vejez. El uso de elementos simbólicos, como la piel sintética y objetos sexualizados, se seleccionó para generar un impacto visual y conceptual, fomentando una reconsideración crítica de las percepciones y expectativas sociales, permitiendo que los espectadores se sumerjan entre pieles, en una experiencia que los haga cuestionar y reflexionar sobre las narrativas convencionales en torno al envejecimiento y la feminidad.
taller realizado en el marco de la exposición "CONSERVA DE PIEL"
